¿Quiénes somos?

Quienes hacemos La Plaga, somos tres educadores costarricenses que también hemos tenido alguna formación artística. Los tres somos defensores del idioma materno, aunque desde distintas posiciones. Uno es terriblemente dogmático, otro pragmático y el tercero, Roncahuita, que es el que firma, prefiere ocuparse de Cinearte, aunque hace sus contribuciones a La Plaga.


Tenemos a su disposición tres diccionarios (pulse sobre los enlaces para ir a ellos) :



Cuando hablen o escriban por favor...

" A SHAKESPEARE LO QUE ES DE SHAKESPEARE Y A CERVANTES LO DE CERVANTES."



viernes, 3 de septiembre de 2010

Tres registros del idioma en el cine y en el teatro.

Publicamos un fragmento de una bitácora de don Sergio Román:


Todo idioma tiene tres registros, y cada registro varias subdivisiones: el coloquial (llegué soplado), el universal (llegué rápidamente), el especializado (llegué es un pretérito del verbo llegar).


Todo idioma, en el teatro y en el cine, debe corresponder a la situación y al carácter. Pero, si un estudiante sólo conoce de "pichazos, maes y tuanis", es imposible que pueda crear o representar a un personaje que demande otro grado de complejidad. ¿Por qué? Porque sólo conoce el registro coloquial e ignora las opciones de los otros dos registros.(Pero, asimismo, el registro coloquial es útil y genera verosimilitud si corresponde a la situación dramática y al carácter de los personajes. Por ejemplo, cito el largometraje ficción de un joven cineasta costarricense de apellido Gómez: "Cielo Rojo". O "Agárrense de las manos", el unipersonal entre festivo y doliente del actor, también costarricense, Arnoldo Ramos). Ambos trabajos merecen mi aplauso.

En resumen, los tres registros no son, ni buenos ni malos en sí: Puedo decir: Llegué rápidamente (registro universal). Puedo decir: Llegué soplado (registro coloquial). Y puedo decir: Llegué es un pretérito del verbo llegar (registro especializado). En teatro y en cine valoramos el uso de cada registro en cuanto corresponda o deje de corresponder a la situación y al carácter, pues entonces, se genera la presencia (o la ausencia) de la verosimilitud, sustancia fundamental para apreciar, o no, un trabajo en la pantalla o en el escenario.

A los personajes de "Cielo rojo" no les voy a pedir que hablen como señoritos. Ni al personaje de "Agárrense de las manos" le voy a pedir que deje de hablar como pachuco.(Tal petición sería un crimen contra la verosimilitud). Ellos hablan de acuerdo con su carácter y de acuerdo con la situación que atraviesan. Por eso los aplaudo.


Con estos antecedentes debo subrayar que no rechazo el lenguaje coloquial que le presta sal y pimienta a la vida, pero si la gente de teatro no conoce los otros dos registros, ella misma se autolimitará en su expresión artística.


Artículo completo en : http://www.sergioroman.com/bitacoras_detail.php?Bit_id=156

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