¿Quiénes somos?

Quienes hacemos La Plaga, somos tres educadores costarricenses que también hemos tenido alguna formación artística. Los tres somos defensores del idioma materno, aunque desde distintas posiciones. Uno es terriblemente dogmático, otro pragmático y el tercero, Roncahuita, que es el que firma, prefiere ocuparse de Cinearte, aunque hace sus contribuciones a La Plaga.


Tenemos a su disposición tres diccionarios (pulse sobre los enlaces para ir a ellos) :



Cuando hablen o escriban por favor...

" A SHAKESPEARE LO QUE ES DE SHAKESPEARE Y A CERVANTES LO DE CERVANTES."



lunes, 24 de diciembre de 2012

Diez consejos para hablar y escribir bien en español


¿Por qué escribir "link" si podemos decir vínculo o enlace o "fast food" si podemos decir "comida rápida"? ¿Por qué en Costa Rica los reporteros dicen "contarles que" en lugar de la forma correcta "queremos contarles que"? 
1. Ambigüedad
Para Paredes la ambigüedad es uno de los errores más graves que cometemos en el lenguaje hablado y escrito. Se da cuando “no expresamos con claridad lo que queremos trasmitir”. Cuando hablamos, este tipo de errores se pueden corregir en el trascurso de la propia conversación, pero cuando escribimos es mucho más difícil evitar confusiones.
La ambigüedad puede surgir de muchas formas, por ejemplo, cuando utilizamos incorrectamente los signos de puntuación (“lo haré como había prometido” no es lo mismo que “lo haré, como había prometido”) o cuando colocamos mal los complementos (“Se alquila habitación para estudiantes de 15 metros” no es lo mismo que “se alquila habitación de 15 metros para estudiantes”).
Otra gran fuente de ambigüedad es la tendencia reciente a sustituir verbos por nombres. Se trata de un error que comete la prensa de manera habitual, con expresiones del tipo “la elección del nuevo ministro”, que, según explica Paredes, “no sabemos bien a qué se refieren”.
2. Pobreza léxica
Paredes asegura que el uso de “palabras insípidas” está muy extendido y hace que el idioma se empobrezca. Quizás por comodidad, se abusa de verbos como “hacer”, “dar” o “decir”, que son demasiado simples. No es lo mismo “dar lástima” que “inspirar lástima”, ni “dar golpes” que “propinar golpes”.
Ocurre lo mismo con determinados adjetivos como “bueno”, que se usa para todo, y con fórmulas cansinas del tipo “antiguas pesetas”, “apretada agenda” o “cómodos plazos”, construcciones que quizás eran acertadas el día que se inventaron, pero que han acabado convirtiéndose en lugares comunes, que es preferible evitar.
3. Tender a utilizar palabras muy largas
“Parece que usar palabras largas es mejor”, comenta Paredes, “pero no es cierto. Tenemos que aprender a reducir los textos usando palabras más breves”. En opinión del profesor, abusamos con frecuencia de los archisílabos, utilizando palabras como “incondicionalidad”, y usamos construcciones rimbombantes que no aportan nada, como cuando decimos “en el día de hoy”, en vez de limitarnos a usar “hoy”, que dice exactamente lo mismo.
4. Errores de puntuación
Paredes es claro al respecto: “Son innumerables los textos mal puntuados, y en Internet son legión”. El profesor reconoce que “es difícil puntuar bien”, pero insiste en que debemos hacer un esfuerzo por hacerlo correctamente. Los signos de puntuación son decisivos para dar sentido al lenguaje escrito, pues sirven para aclarar lo que queremos decir. No es lo mismo escribir “si necesitas algo pídemelo por favor” que “si necesitas algo pídemelo, por favor”.
“La gente cree que la puntuación tiene muy poca importancia, pero no es verdad”, señala Paredes. El profesor lamenta, además, el arrinconamiento del punto y coma, un signo que da riqueza al idioma, pero se usa cada vez menos, quizás por la influencia del inglés. “Pasa lo mismo con la apertura de la interrogación”, comenta Paredes, “es un aspecto distintivo del español que merece la pena seguir utilizando”.
5. Errores de entonación
Los errores en la entonación se cometen cuando, en el lenguaje hablado, acentuamos una palabra en una sílaba inapropiada. “A veces, como intento por destacar”, señala Paredes, “se pronuncian palabras átonas como tónicas. No se intenta remarcar nada, sino entonar distinto solo por el afán de ser distinto, o pretender ser distinto. La entonación tiene una función clarísima, contribuir a la interpretación de la oración, de las ideas que queremos trasmitir. Si cambiamos la entonación, y ponemos acentos donde no corresponde, el que nos escucha tendrá más dificultad para entender lo que decimos”.
6. Errores de sintaxis
Los errores de sintaxis más comunes tienen que ver con el uso incorrecto de las preposiciones. Tal como señala Paredes, muchos verbos deben ir acompañados obligatoriamente de una preposición concreta, y cambiarla por otra lleva a que realicemos una construcción inadecuada. Los fallos más comunes son el dequeísmo y el queísmo, que se comenten cuando utilizamos la preposición “de” antes de “que” cuando no se necesita, o la eliminamos cuando sí es necesaria.
7. Impropiedades del lenguaje
Para Paredes este es un “problema serio”, pues se trata de uno de los errores más extendidos y menos conocidos por la población general. Se da cuando utilizamos una palabra dándole un significado que no le corresponde. La realidad es que, como apunta Paredes, “solo tenemos una idea aproximada de lo que quiere decir una palabra, y no conocemos el significado exacto”. Esto ha conducido a que algunas palabras hayan perdido su significado original. Es el caso de “incidente”, que sólo debería utilizarse para referirse a una pelea o una riña, pero se usa para referirse a cualquier contratiempo, o “inaudito”, que se usa como sinónimo de “insólito”, pero, en realidad, se refiere a algo “nunca oído” o “monstruoso”.
Este error es una fuente constante de discusiones entre filólogos y lingüistas. Al fin y al cabo, ¿quién decide lo que significa cada palabra? Las palabras evolucionan con el tiempo, y con ellas su significado. Al final son los hablantes los que acaban imponiendo uno u otro significado, en función del uso que le dan a cada palabra. ¿Cuándo se convierte en norma lo que se usa de manera global? Paredes es tajante: “Cuando lo recoge el diccionario, que es el instrumento que nos hemos dado para ratificar la validez de algo”. 
8. Extranjerismos inapropiados
La influencia del inglés, ya sea, como señala Paredes, “por desidia o por malas traducciones”, ha hecho que cambie el significado de muchas palabras españolas, que usamos para expresar lo que dice una palabra inglesa parecida. Es el caso de la palabra “bizarro”, que en español significa “valiente” o “generoso”, pero se está empezando a utilizar como sustituta de la palabra inglesa “bizarre”, que quiere decir “extraño” o “estrafalario”.
Otro error derivado de la enorme influencia que tiene el inglés sobre los hispanohablantes, tiene que ver con la tendencia a usar términos extranjeros cuando tenemos alternativas en español, correctas, válidas y que dicen exactamente lo mismo. No todos los extranjerismos son incorrectos. Palabras como “robot” se han introducido en el español porque no existía ninguna palabra en nuestro idioma con el mismo significado. Pero hay otros extranjerismos que, tal como señala Paredes, “se usan por esnobismo”, y no hacen más que dificultar el uso del español. ¿Por qué hablar de “fast food” si podemos decir “comida rápida”? ¿Por qué decir “link”, si podemos decir “vínculo” o “enlace”?
9. Errores verbales
Ocurren cuando usamos el infinitivo con valor de imperativo (no se dice “salir de aquí”, sino “salid de aquí” )(o "salgan de aquí"), o cuando construimos oraciones sin conjugar los verbos, un error muy habitual, que lleva a expresiones incorrectas como “Además, decir que…”. Se trata de una falta que se está extendiendo mucho. Tal como señala Paredes, “es obligatorio el uso del verbo en forma conjugada siempre que se trate de una oración completa”. El infinitivo solo se admite en formas muy concretas como “no fumar”.
También existe una tendencia a eliminar las formas subjuntivas, de nuevo por influencia del inglés, dando pie a construcciones incorrectas como “no puedo creer que es verdad”, cuando se debería decir “no puedo creer que sea verdad”. El filólogo insiste en la gravedad de estos errores, pues “pueden llegar a modificar la estructura interna del español”.
10. Redundancias
Se trata de un error muy común que cometemos cuando utilizamos dos palabras cuyos significados son repetitivos. No es correcto usar expresiones como “el colofón final” o “beber líquidos”, pues un colofón siempre es final y solo podemos beber líquidos. Paredes cree que “son detalles sutiles de significado pero que se repiten constantemente, haciendo que los textos sean muy farragosos”.

(La cursiva es nuestra.La Plaga) 
Tomado de :Instituto Cervantes : El libro del español correcto (Espasa)
Florentino Paredes Publicado por Fundeu.
http://www.fundeu.es/noticias-articulos-diez-consejos-para-hablar-y-escribir-bien-en-espanol-7310.html

lunes, 10 de diciembre de 2012

A base de, con base en, en base a

Libro escrito con base en
investigaciones universitarias.

Locuciones preposicionales que no deben confundirse y
que frecuentemente usan muy mal los periodistas.
A base de es una locución que, seguida de sustantivo significa que este se ha tomado como elemento fundamental. Algunos ejemplos de este uso son: «Es un plato hecho a base de verduras», «Salsas a base de leche» o «Medicinas a base de hierbas». También significa 'por medio de o valiéndose de': «Aparatos que funcionan a base de electricidad». Cuando va seguida de un infinitivo significa 'a fuerza de': «Obtuvo la mejor nota de su clase a base de estudiar todos los días».
La locución con base en precede al lugar donde se concentran instalaciones y que sirve como punto de partida: "La ANEP, con base en San José, hará reuniones regionales" Comenzó a usarse en el lenguaje jurídico y se ha extendido a otros usos con el sentido de 'con apoyo o fundamento en' sobre todo en Hispanoamérica. Aunque no se trata de un empleo inapropiado, en el lenguaje culto se prefieren otras formas, como sobre la base de, en función de, basándose en, a partir de, según, de acuerdo con, etc. Se recuerda, además, que la locución en base a es siempre incorrecta con el sentido de con base en.
Por lo tanto, es incorrecto cuando a base de se confunde con la locución con base en como en los siguientes ejemplos: «La petición se hizo a base de investigaciones policiales» o «han hecho dos documentales a base de investigaciones universitarias» en los que la locución correcta sería con base en.

martes, 25 de septiembre de 2012

«santuario», uso y abuso



Santuario histórico de Machu Picchu
Debido a una mala traducción del inglés sanctuary, la palabra española santuario se usa desde hace ya algunos años con un significado que antes no tenía: el de 'lugar destinado a la protección o refugio de alguien o de algo'. Tradicionalmente, y así sigue apareciendo en el Diccionario de la Real Academia Española, la definición de esa palabra era: 'templo en que se venera la imagen o reliquia de un santo de especial devoción' o 'parte anterior del tabernáculo, separada por un velo del sanctasanctórum'.
Pero ya hay algunos diccionarios de uso del español, como el María Moliner y el Pequeño Larousse Ilustrado, en los que se recoge el nuevo significado tomado del inglés.
El hecho de que en algunos países hispanohablantes ese término -santuario-- forme parte de algunos nombres o denominaciones oficiales (en México existen el «Santuario de la Mariposa Monarca» y el «Santuario de las Ballenas de El Vizcaíno», y en el Perú se considera «santuario histórico» a las ruinas del Machu Picchu) nos obliga a respetar ese uso; pero cuando al redactar una noticia deban mencionarse ese tipo de zonas de protección y no se trate de nombres oficiales, conviene tener en cuenta que en español (y así se usan en la mayoría de los países hispanos) tenemos otras formas más tradicionales para referirnos a esos mismos espacios: reserva, reserva de la biosfera, reserva marina, reserva forestal, parque nacional, área de protección, área natural protegida, área de protección de flora y fauna, área de protección de recursos naturales, reserva natural, reserva ecológica, nacional, reserva paisajística, reserva comunal, bosque de protección, zona reservada, coto...
Además, en las informaciones relacionadas con organizaciones terroristas como Al Qaeda, la Eta, las Farc, etc., al mencionar los sitios donde se ocultan sus miembros, en lugar de santuario hay que usar los términos refugio o escondite.

Con base en un artículo de Fundeu.

martes, 14 de agosto de 2012

Guía de redacción de los Juegos Olímpicos

Con motivo de los Juegos Olímpicos que se celebraron en Londres del 27 de julio al 12 de agosto, se ofrecen una serie de claves para una redacción adecuada.
La expresión juegos olímpicos es sinónima de olimpiadas. El significado del término olimpiada u olimpíada es ‘competición universal de diversos deportes que se celebra modernamente cada cuatro años en un lugar pre- viamente determinado’, según el Diccionario académico. En ciertos países de Hispanoamérica se emplean indistintamente olimpiada u olimpíada, mientras que en España predomina la forma llana olimpiada.

Paralímpico es el adjetivo adecuado para referirse a los juegos en los que los participantes son personas con discapacidades. Según el Diccionario panhispánico de dudas, paralímpico es voz tomada del in- glés paralympic, acrónimo de para[plegic] + [o]lympic. Muchas veces nos encontramos las variantes impropias par(a)olímpico y par(a)olimpiada. Se desaconsejan, por ello, estas variantes, puesto que la denominación oficial de estos juegos es Juegos Paralímpicos o Paralimpiadas.
Se recomienda escribir en minúscula los nombres que se refieren a las personas que participen en la celebración, como portador de la antorcha o medallista olímpico, organizadores..., así como los nombres de las treinta y cinco disciplinas y de sus modalidades: baloncesto, ciclismo, natación, triatlón...

Las siglas LOCOG, COI y ODA corresponden a Comité Organizador de Londres 2012, Comité Olímpico Internacional y Autoridad de Entrega Olímpica, respectivamente. Aunque las siglas proceden de términos extranjeros, no se escriben en cursiva.
Respecto a las instalaciones, se recomienda traducirlas al español; por ejemplo: parque olímpico de Stratford, lago Dorney, estadio de Wembley y zona olímpica, en lugar de Olympic Zone. No es adecuada la traducción de lugares concretos como Park Live, Lord’s Cricket Ground, Hyde Park... Cabe recordar, además, que Mánchester, nombre de la ciudad de Inglaterra donde se celebraron algunos de los partidos de fútbol de los Juegos Olímpicos, se adecua al sistema gráfico español colocándole la tilde que le corresponde como palabra esdrújula.

Ver o descargar documento completo en :
http://www.fundeu.es/files/estaticos/JuegosOlimpicosGuiaFundeu.pdf

miércoles, 18 de julio de 2012

Estadounidismos en el español

'Espanglish', un término hispano que aparecerá en la próxima edición del DRAE

La Academia Norteamericana de la Lengua Española (ANLE) informó hoy de que el término espanglish aparecerá en la próxima edición del Diccionario de la Real Academia Española (DRAE) como un ejemplo de las aportaciones de los hispanohablantes de Estados Unidos al idioma español.
La ANLE señala que el DRAE ha aceptado incorporar también por primera vez el términoestadounidismo para referirse a las palabras acuñadas por los hispanohablantes de este país.
«Los estadounidismos son, pues, palabras o usos propios del español hablado en los Estados Unidos de América», agrega la ANLE en un comunicado.
Asimismo señala que uno de los nuevos términos que aparecerán en la próxima edición del DRAE en 2014 es espanglish, que se define como 'modalidad del habla de algunos grupos hispanos de los Estados Unidos, en la que se mezclan, deformándolos, elementos léxicos y gramaticales del español y del inglés'.
El director de ANLE, Gerardo Piña-Rosales, señaló que el hecho de que por primera vez aparezcan estadounidismos en el DRAE se debe en gran parte a la determinación de la Academia Norteamericana porque así fuera.
«A estas alturas, creo que ya se puede hablar de un español de Estados Unidos», dijo Piña-Rosales, que también señaló que «esta variante —que no tiene nada que ver con el llamado espanglish— es una más, ni mejor ni peor, aunque sin duda más compleja, que las que presentan los países hispanohablantes».
Asimismo indicó que la tecnología también ocupa un lugar prominente entre las nuevas incorporaciones al diccionario, «con términos como blog, bloguero, chat, chatear, tableta electrónica y otros», voces todas ellas procedentes del inglés, «lengua con la que convivimos los hispanounidenses».
Según la ANLE, la inclusión de los estadounidismos «es un reconocimiento a la importancia del idioma español en Estados Unidos, que según el censo más reciente cuenta con cincuenta millones de hispanos».
Esta institución agregó que ello convierte a Estados Unidos en el segundo país con mayor número de hispanohablantes, solo por detrás de México, además de que ante la diversidad de su inmigración de países de habla hispana, «es el crisol donde se funden las diferentes variantes de la lengua común».
La ANLE es una de las veintidós academias de la lengua española que conjuntamente publican el Diccionario, la Gramática, la Ortografía y otras obras de referencia en el idioma español, tanto normativas como descriptivas, de acuerdo con la nueva política panhispánica adoptada en las dos últimas décadas.
Ante la comprobación de que más del 90 % de los hablantes de español residen en América, la Real Academia Española recabó de todas las academias sus aportes a la preparación del diccionario.
Desde 2001, cuando se publicó la más reciente edición del DRAE, que es la número veintidós, se han efectuado 22.000 actualizaciones entre términos nuevos, modificados y suprimidos.
Fuente : Fundeu

viernes, 8 de junio de 2012

El moderno concepto de la palabra "publicación"

Una obra teatral representada ante un público,
es una obra publicada.

Publicar es "Difundir por medio de la imprenta o de otro procedimiento cualquiera un escrito, una estampa, etc."

De acuerdo con la constitución de Costa Rica, el idioma oficial es el español o castellano(palabras que son sinónimos) y de acuerdo con la Ley de Defensa del Idioma Español y las Lenguas Aborígenes,(Ley 7623), todo documento oficial debe ser escrito en español correcto o  en una de esas lenguas.

El estado costarricense, mediante la ley que creó la Academia Costarricense de la Lengua, aceptó a la Real Academia Española de la Lengua (RAE), como ente rector del "español correcto". En la edición vigésima segunda, actualmente vigente, define el verbo publicar así:

publicar.
(Del lat. publicāre).

1. tr. Hacer notorio o patente, por televisión, radio, periódicos o por otros medios, algo que se quiere hacer llegar a noticia de todos.
2. tr. Hacer patente y manifiesto al público algo. Publicar la sentencia.
3. tr. Revelar o decir lo que estaba secreto u oculto y se debía callar.
4. tr. Correr las amonestaciones para el matrimonio y las órdenes sagradas.
5. tr. Difundir por medio de la imprenta o de otro procedimiento cualquiera un escrito, una estampa, etc.

Para el caso de la literatura, la definición que nos interesa es la número 5, que como es claro, dice que publicar es "Difundir por medio de la imprenta o de otro procedimiento cualquiera un escrito, una estampa, etc."

Desde este indudablemente válido punto de vista, la exhibición de una obra de teatro, divulgación mediante los medios digitales modernos, la transmisión por radio, televisión o cine, por ejemplo, es-según la RAE- una publicación. 

viernes, 20 de abril de 2012

Me niego usar deformaciones ultrafeministas del lenguaje

Y otros hipócritas eufemismos…

El ultrafeminismo, sin que se lo
proponga a lo mejor, ha
terminado por ser una
manifestación neonazi que segrega
a los hombres.
 Ya no me aguanto las ganas.Alguien ha tratado de corregirme porque escribí "reo" o "preso" para que diga "interno";  le he recordado que en Costa Rica debemos redactar, por obligación constitucional y por la "Ley de Defensa del Idioma Español y las Lengua Indígenas" en correcto español (o en lenguas indígenas), cualquier documento o expresión oficial, y los ciudadanos debemos seguir los lineamientos de la Academia Costarricense de la Lengua, miembro de la RAE, quien proclama el lema "limpia, fija y da esplendor".

Según la RAE "interno" significa literalmente:

interno, na.
(Del lat. internus).

1. adj. interior.
2. adj. Dicho de un alumno: Que vive dentro de un establecimiento de enseñanza. U. t. c. s.
3. adj. Dicho de un alumno de una facultad de Medicina: Que presta servicios auxiliares en alguna cátedra o clínica. U. t. c. s.
4. m. y f. médico residente.
de interno.
1. loc. adv. ant. En lo interno, en lo interior.


Por ello me niego a referirme a un preso como "interno", porque por razones claras, a alguien que no esté condenado a prisión debo referirme entonces como "externo". Yo soy un ser externo, por ejemplo, y esto me parece una soberbia tontería.

Igual me niego a hacer esas odiosas diferencias al hablar o escribir de "niño" y "niña" y me refiero genéricamente a "los niños", porque en nuestro idioma, y en el contexto de lo que hablo o escribo, la palabra niño la uso en el sentido en que la define la RAE :"que está en la niñez", sin definir género.

Y cuando hablo de hombre me refiero a "ser animado racional, varón o mujer".

Me niego a usar una palabra que inventaron las ultrafeministas en una ley : "femicidio", que no existe oficialmente en el diccionario de la institución que regula el uso correcto del español y de  la cual es miembro el país y entonces uso "homicidio",  definida como "Muerte causada a una persona por otra.", independientemente del género. (¿No era suficiente reformar algunos artículos del código penal?)

Nuestra especie se llama en lenguaje científico "homo sapiens" y si inventan las ultrafeministas el término "feme sapiens", también me niego a usarlo porque constituye otra de sus detestables estupideces lingüísticas.

Y me niego porque no he necesitado tales adefesios del lenguaje para tener un profundo respeto por el niño, el reo y el hombre. (Por favor, entiéndase en sentido genérico; lo aclaro para las ultrafeministas que ahora hablan de "la sofá", "la mueble", "la viento", etc).

viernes, 6 de abril de 2012

Uso de : a, abajo, abalanzar, a base de, abatir, abdicar

El español en el mundo.

A.   1. Evítense las construcciones galicadas formadas con sustantivo + a + sustantivo: barco a vela, transistor a pilas... y dígase barco de vela, transistor de pilas... pero no en casos como la linterna funcionó de pilas, hizo el camino de pie donde deberíamos decir la linterna funcionó con pilas, hizo el camino a pie.
2.En el caso de que se trate de sustantivo  +   a    +         infinitivo pueden sustituirse por las preposiciones por / para o el relativo quedan : «Quedan diez partidos a disputar» por: «Quedan diez partidos por disputar»; «Hay tres temas a discutir» por «Hay tres temas que discutir». De igual modo pueden evitarse los giros acto a celebrar, decisión a tomar, asunto a resolver, etc.; escríbase que se ha de tomar, que debe ser resuelto, etc. Con frecuencia puede suprimirse a + infinitivo como complemento del nombre: «Ese comportamiento no es un modelo a seguir».
ABAJO.  Adverbio que se usa con verbos de movimiento («Vamos abajo»). En cambio, debajo va con verbos que indican situación («Lo coloqué debajo»). Con el adverbio abajo no se puede utilizar la preposición a: «Vamos a abajo».
ABALANZAR / AVALANCHA. Si se presenta la duda de cómo escribir el verbo abalanzar (con b o con v) basta con recordar que abalanzar es un derivado de balanza. La confusión se debe al cruce con avalancha.
A BASE DE. Cuando a esta locución la sigue un sustantivo significa que este se ha tomado como base: «El zumo está hecho a base de naranjas» y cuando va seguida de un infinitivo significa ‘a fuerza de’: «Lo consiguió a base de trabajar mucho».
ABATIR. No debe abusarse de este verbo como sinónimo de matar ni de tirotear, aunque se puede decir abatir a tiros, abatir a escopetazos, etc.
ABDICAR. Un soberano, pontífice, emperador o príncipe no dimite, sino que abdica o renuncia a su dignidad o cargo. Además, se puede abdicar en o a favor de: «Abdicó el reino (la corona) en su hijo». Se puede emplear sin C.D.: «El rey pensó en abdicar». Por extensión, se puede aplicar a otras personas; en estos casos el complemento puede ir o no precedido de la preposición de: «El presidente abdicó [de] sus ideales».

Tomado de Fundeu.

martes, 6 de marzo de 2012

Proemio y manifiesto de las ‘49 cartas al (aún) idioma español’

Publicamos el prólogo a este importante libro del maestro Sergio Román A. En próximas 'entradas',publicaremos  sus cartas. Si están interesados en leerlas pronto, tenemos autorización del autor para difundirlas.Escriban entonces a nuestro correo rsrosales100@gmail.com










° MATERIAL PROVISIONAL, PERO YA DIFUNDIBLE.
SE ACEPTAN COMENTARIOS, SUGERENCIAS,
e, INCLUSO, DIATRIBAS a
CR, 6 de enero, 2012


Sergio Román Armendáriz

Proemio y manifiesto
de las ‘49 cartas al (aún) idioma español’


‘Mi libro no se produce en antesalas sino entre barriales y montaña’.
Max Jiménez Huete  (S.J., 1900 – Bs.As., 1947).
EL JAÚL (novela). Santiago de Chile, Editorial Nascimento, 1937.
(Pág. 8, de 162).
[1]


No soy un cruzado ni un iluso.

La asociación de usuarias y usuarios del castellano, a conformar, sólo servirá de lejano y mínimo contrapeso a la Academia de Madrid. Desde ahora, lo sé.

Menciono Madrid porque continúa, en cuestiones gramaticales, siendo la Real capital del antiguo imperio. Y menciono la academia porque allí se cocinan las decisiones lingüísticas. (Ya, en esa capital, sus miembros decapitaron la ‘ch’. Siguiendo tal ‘lógica’, en algún momento más o menos inmediato, lanzarán la ‘ñ’ y las tildes al despeñadero, para ir borrando –aun sin quererlo–, una a una, las singularidades de nuestra lengua materna. Cuando desaparezcan esas singularidades, ya no tendremos idioma, sino un amasijo blandito dedicado a los nuevos conquistadores. Pero tal imposición, no es inocua. Es ‘política’ porque el Poder atraviesa los distintos paisajes de la [in]comunicación verbal y verbo-icónica.)

Averiguar las razones o sinrazones de la academia, no es mi tarea.

Lo que se conoce, remite al acoso de catalanes, gallegos y vascos -de cerca-, y, -a lo lejos-, de yanquis y británicos y japoneses, beligerantes amos de la tecnología. Y, ahora, incluso, nos remite al acoso de los pomposamente autollamados hispanounidenses que quieren que el castellano se mal hable (y, por supuesto se mal escriba), al igual que los gringoides que entrevista CNN, el ministerio mediático de la CIA ‘en español’, presión que conspira contra nuestra lengua en Castilla y en sus excolonias.  

De allí, el subterfugio de apellidar ‘español’ al castellano y de pregonar, desde los gabinetes ejecutivos de algunas repúblicas amerindias, un bilingüismo sometido a la expansión ánglica que algunas veces es una máscara del bimudismo, porque nadie puede ser, a la vez, un idiota ‘en español’ y un talento ‘en inglés’, y viceversa, porque se trata de la actividad o pasividad del mismo cerebro [2], aunque se asuma que el bilingüismo es doblemente expresivo, pero nunca se acepte que sobre los escombros de la lengua materna se pueda generar su antípoda, el bimudismo.

¿Qué nos une a esta bronca? ¡Nada!

Romper con Madrid es una urgencia, no sólo por cumplir románticamente con nuestro libertador espiritual, Andrés Bello, sino por cuestiones pragmáticas pues, sabiendo ya que el cataclismo globalizador no sólo ahogará en un osado porcentaje cualquier lengua (en beneficio del dólar o del euro o del yen), nuestro deber es organizarnos para salvar del naufragio de cuatrocientos millones de hispano hablantes, por lo menos, un porcentaje diminuto, aunque ubérrimo, de un dos por ciento [3], señal que representa, en este instante del año dos mil doce, alrededor de ocho millones de personas.

De este modo, cabalgando sobre las múltiples opciones del espacio virtual y, cuando se pueda, del presencial (talleres, ferias, encuentros, etc.) debemos tratar de convertir esos ocho millones de castellanohablantes dispersos, por el mundo, en un mercado único y solidario, un nicho del emprendimiento y de la economía social, donde circulen en calidad de compraventa o de permuta, desde una canción y un libro hasta una representación escénica o un filme, pequeña muestra de la amplia gama de bienes y servicios que genera la constante creatividad y criticidad del pueblo. La fundación de cooperativas y organismos de mutua ayuda, verbigracia, sujetos a la legislación local,  coronarán, con carácter federativo, este esfuerzo plural.

Hablo, pues, de la conformación de una asociación de usuarias y usuarios del castellano, con carácter federal, una o más por país, faena que debe incluir, al Brasil además de los diez de la América del Sur, los seis de la América Central, México en la América del Norte, Cuba y Puerto Rico en el Caribe, y un saldo a salvar de la llamada diáspora hispanounidense, africana y filipina, cada una con sus pastores y pastoras libres en cuanto a iniciativas y a planes de acción pero férreamente confederadas alrededor de tres ejes distintos y un solo objetivo verdadero:

1.- La progresiva independencia lingüística de Madrid.
2.- El retorno provisional al diccionario de 1992.
3.- El énfasis en la escuela primaria que la asociación fomente.

 Propongo, al margen, el retorno al estudio de la ‘Gramática para uso de los americanos’ (entiéndase, hoy, ‘para uso de los castellanohablantes que habiten fuera de Europa o, si lo hacen, allá, estén disconformes con la academia madrileña’), estudio que constituirá una especie de tratado y evangelio) que firmó en Santiago de Chile, en 1847, don Andrés Bello. Y propongo, asimismo, el estudio comparado de aimara, castellano, guaraní, náhuatl y quechua.

Esta lid aparentemente es académica. En el fondo es política en cuanto negociación de cuotas de poder, es neuronal  en  cuanto  activación del lenguaje oral o escrito, y es económica en cuanto asegure la justa retribución financiera a los esfuerzos intelectuales y materiales que integran la base de una industria cultural en expansión.

El patronímico abierto al debate podría ser ‘indocastellano’ o ‘amerindio’. El primero goza de mayor precisión pero aún proclama el sometimiento a Madrid. El segundo, es impreciso en cuanto a la correspondencia entre texto y contexto, pero no deja lugar a dudas acerca de la ruptura definitiva con Madrid. 

¡Así, salvaguardando nuestra herencia de comunicación y ampliando su partitura con las lenguas ancestrales y, a la par, modulando las finanzas autónomas, completaremos la independencia que la ausencia de libertad económica y de equidad social, nos marcó con puntos suspensivos desde los comienzos del occidental siglo diecinueve!

He aquí el sentido y la tarea de este libro.

Sergio Román Armendáriz

viernes, 2 de marzo de 2012

Uso correcto del guión en castellano


El guion (-)  es un signo ortográfico distinto de la raya (—) que, entre otras funciones, sirve de unión entre palabras u otros signos. A continuación se ofrecen seis claves para usarlo adecuadamente:

1-Establece distintas relaciones circunstanciales entre nombres propios: trasvase Tajo-Segura, enfrentamiento Agassi-Sampras.

2-Une dos adjetivos que se aplican a un nombre, siempre que cada uno de ellos conserve su forma plena: [análisis] lingüístico-literario, [lección] teórico-práctica. En estos casos, el primer adjetivo permanece invariable en forma masculina singular, mientras que el segundo concuerda en género y número con el sustantivo al que se refiere.

3-Establece relaciones entre conceptos, que pueden ser fijas (calidad-precio, coste-beneficio), o bien circunstanciales (conversaciones Gobierno-sindicatos). En estos casos el guion tiene un valor de enlace similar al de una preposición o una conjunción (conversaciones entre Gobierno y sindicatos).

4-Une dos gentilicios que conservan su referencia independiente: [relaciones] germano-soviéticas, [frontera] chileno-argentina. El primer elemento permanece invariable, mientras que el segundo concuerda en género y número con el sustantivo; además, cada elemento conserva la acentuación gráfica que le corresponde como palabra independiente: [película] ítalo-francesa.

5-Une un prefijo con la palabra a la que acompaña cuando esta empieza por mayúscula, es una sigla o un número: anti-OTAN, anti-Mussolini, sub-18, super-8.

6-Entre cifras, indica un intervalo: las páginas 23-45; durante los siglos X-XII o períodos (1998-1999; curso académico 71-72).

La RAE ha admitido la supresión de la tilde en la palabra, por lo que puede escribirse con o sin ella.