¿Quiénes somos?

Quienes hacemos La Plaga, somos tres educadores costarricenses que también hemos tenido alguna formación artística. Los tres somos defensores del idioma materno, aunque desde distintas posiciones. Uno es terriblemente dogmático, otro pragmático y el tercero, Roncahuita, que es el que firma, prefiere ocuparse de Cinearte, aunque hace sus contribuciones a La Plaga.


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" A SHAKESPEARE LO QUE ES DE SHAKESPEARE Y A CERVANTES LO DE CERVANTES."



sábado, 12 de febrero de 2011

Reflexiones sobre el comentario de Jouet rustique.


‘A la primera lectura…’ de mi Carta finlandesa

(Para ponerle título al presente texto, he tomado en préstamo las palabras iniciales del comentario de un colega de ultramar...Y, también, he incluido en forma de gentilicio: ‘finlandesa...’)

Respuesta de don Sergio Román a Jouet Rustique:


(El comentario de Jouet rustique en:

1.- DICE NUESTRO COLEGA DE PARÍS: ‘A la primera lectura, este artículo (se refiere a mi Carta finlandesa) parece acertado, pero en realidad encierra puntos discutibles.’

OPINO.- Estoy de acuerdo con la mención a ‘puntos discutibles’.
De eso se trata. De no mantenernos quietos aceptando sumisos los dictados de la academia de Madrid que al legislar sobre ‘puntos’ que antes no ofrecían ninguna duda, al hacerlo, en vez de estimular la cohesión -yo temo- que esté iniciando la babelización de nuestra lengua.
(¿En qué molestaba la ‘ch’, por ejemplo, si todos aprendimos ‘a, b, c, ch, d’ etc.? Hoy mi nieto aprende ‘a, b, c, d, etc.’ Y, teniendo en la cartilla la palabra ‘chancho’ lee ‘canco’, o en lugar de ‘chile’, ‘cile’, porque ha perdido la asociación del sonido con el grafismo y porque la ‘h’ es muda. Se dice que expulsaron a la ‘ch’ del alfabeto, porque era un dígrafo, no una letra. Esto suena a tecnicismo, por no decir leguleyada, pues no se toma en cuenta el aspecto psicológico de un proceso de siglos. A esto llamo ‘‘babelización apoyada supuestamente en una ‘razón’… ¡innecesaria!’’)
No aspiro a decir la última letra en asunto tan complejo. Sólo aspiro, a manera de francotirador, correr el riesgo de que la inquisición me despeñe desde el campanario donde me he ubicado para reírme un poco de quienes, llamados a velar por la salud de nuestro idioma, hoy actúan como estrellas mediáticas promocionando gramáticas de cuatro mil páginas y otras linduras semejantes, cuando una gramática de cuarenta páginas, basta.

2.- DICE NUESTRO COLEGA: ‘El arrasamiento de nuestra lengua materna” no es el problema, sino el SINTOMA, y vuelvo a mi tema de siempre, el síntoma de un rechazo y de una pérdida generalizados de todo tipo de regla, que caracterizan la decadencia’.


OPINO.- De acuerdo, pero la radical cuestión de sobrevivencia que enfrentamos en medio de la selva (léase, ‘en medio de la decadencia colonial’) que nos extravía con sus aullidos y su cháchara, obliga a tener el pulso firme y la puntería fina para hundir nuestro dardo en el límite preciso que une y separa el síntoma -del problema-.

En esta faena nos ayudan los variados llamamientos de atención que llegan y atraviesan nuestra propuesta.

3.- DICE NUESTRO COLEGA: ‘

El “español” es el idioma del Estado España (es precisamente lo que le reprochan las Autonomías), y no lo son ni el catalán, ni el gallego ni el euskera. ¡Ojo!’


OPINO.- Nosotros hablamos y escribimos castellano, no ‘español’ que es un membrete político. Sin embargo, con intención polémica, mis ‘Cartas’ se dirigen al ‘(aún)’ idioma español’. El adverbio alude a la diferencia, a la sustancia en ebullición del debate.
Al margen, vale la pena enfatizar lo envidiable que es la valentía con la que los catalanes, gallegos y vascos defienden la independencia de sus territorios idiomáticos. En cambio, Madrid, arrodillada por las autonomías, charla y charla por la televisión monárquica (ojo, por su canal internacional) de ‘champions’, ‘estatut’, ‘galego’, ‘parlament’, ‘pelis’, en vez de emplear nuestros vocablos naturales.
A este respecto, creo que ha sonado la hora de rescatar las tesis de Andrés Bello (1781-1865), el libertador de nuestra cultura e institucionalidad, quien, en su ‘Gramática de la lengua castellana destinada al uso de los americanos’ (1847), establece el objetivo y el rumbo de la lid pues, en el prólogo, ya señala que sus lecciones se dirigen a los habitantes de Hispanoamérica. ¡Esto es independencia!
(Entre paréntesis, insisto en la urgencia de tensar hasta reventar el cordón umbilical con Castilla de cuya grandeza sólo queda hoy su patética sumisión a la europeización que representa Bruselas, lo cual implica el tiro de gracia a la relación profunda con nuestros países. Si allá quieren ser europeos, ciento por ciento, está bien, es su derecho, pero, ¿qué van a hacer con las Islas Canarias, Ceuta y Melilla? ¿Van a modificar el globo terrestre? Aunque cualquier decisión no nos importe, su pronunciamiento nos debe ayudar a entender por donde anda esta procesión, lo cual permitirá asumir, a tiempo, las protecciones pertinentes.)

4.- DICE NUESTRO COLEGA: ‘Creo que el “indocastellano” es una quimera, porque un solo idioma no puede abarcar la cultura y el entorno natural de pueblos tan dispares como los huicholes, los guaraníes, los aymaras o los mapuches. O ya existe, y es el español tal y como lo concibe la Real Academia Española, con la impresionante lista de las variantes de significados locales que ofrece para casi todas las palabras.’

OPINO.- Por supuesto, el indocastellano irá adoptando distintas combinaciones. Verbigracia, en mi Ecuador, y en el Perú y en Bolivia podríamos intentarlo con el quichua.Sin embargo, sobre todo, quimera o no, el indocastellano es un instrumento estratégico, una espuela retórica que atiza la distancia con los peninsulares y con los estadounidenses. Si tenemos, como pueblos, que ser bilingües, lo tendremos que ser, primero, (digo, -primero-) con nuestras culturas originarias. Por eso, marcamos la cancha y nos refugiamos en ese extremo para construir, sobre bases sólidas, a la hora del ¡alto al fuego! Es una metáfora. Perseguir la estrella polar. El navegante nunca la alcanza pero en su búsqueda llega al nuevo puerto. Yo apunto, aquí, la opción gruesa. Otros vendrán a cumplir la tarea fina. Ésta es una faena que, abarcará, por lo menos, una centuria.


5.- DICE NUESTRO COLEGA:
‘Para concluir, ojo con la tentación de la tribalización y, por favor, ¡no hagan un análisis sintomático de los problemas lingüísticos actuales!’

OPINO.-Se subraya, de nuevo, la dicotomía ‘problema versus síntoma’ a la que me referí en el primer acápite.
En lo que a ‘tribalización’ concierne (suponiendo que estemos coincidiendo en la denotación del vocablo), no me preocupa si, por ejemplo, la cultivamos por medio de los recursos de la interred para pastorear no sólo la ortodoxia de la expresión sino, para arribar, sobre esa base, a la creación pragmática de un mercado que sostenga una industria cultural propia y otras manifestaciones estructurales de la economía.
En resumen, siento que nada de fondo me distancia del colega de ultramar, a quien agradezco su preocupación por estos temas. Creo que él y yo estamos embarcados, al igual que Eduardo, en la misma y atrevida navegación, a velamen desplegado.
Hoy cumplo 77 febreros, doble placer el compartirlo con estas reflexiones motivadas por las certeras acotaciones y ágiles banderillas expuestas en "Jouet rustique".

Sergio Román

Texto con introducción completa en: http://www.sergioroman.com/

1 comentario:

  1. ¡Olé, don Sergio!
    Me alegra y me honra que mi modesta contribución haya suscitado reflexiones tan detalladas y tan profundizadas de su parte.
    Con las pistas que abre, habría como para escribir la mitad de un libro...
    Para continuar con esta tertulia, le pondré algunos cabos sueltos, a vuela pluma, como se estila en las bitácoras (que no “blogs”).

    Claro que estamos de acuerdo en nuestra común empresa quijotesca: amar al castellano y conservar su pureza.

    Y lo primero, para ambientar la charla, diré que, para mí, el castellano se pierde en la propia España: ¡acabo de escuchar en la tele nacional, en boca de una reportera “andaron” (de ‘andar’)!
    Y voy a relacionar esto con lo que dice aquí: “Entre paréntesis, insisto en la urgencia de tensar hasta reventar el cordón umbilical con Castilla de cuya grandeza sólo queda hoy su patética sumisión a la europeización que representa Bruselas, lo cual implica el tiro de gracia a la relación profunda con nuestros países.” Se me ocurre que América Latina inició su proceso de independencia precisamente cuando Napoleón invadió la Península; de ahí a pensar que, ahora que Europa invade España...

    Volvamos a las Autonomías españolas, a partir de su afirmación: “Al margen, vale la pena enfatizar lo envidiable que es la valentía con la que los catalanes, gallegos y vascos defienden la independencia de sus territorios idiomáticos.”
    Yo así lo creía al principio, sinceramente: soñaba con un mosaico de “Regiones” europeas, cada una con su idiosincracia cultural, con la riqueza de unas diferencias complementarias, etc. Pero, desgraciadamente lo que veo es una deriva etnicista, xenófoba, tribal (ya volveré sobre este concepto).
    Y añade: “En cambio, Madrid, arrodillada por las autonomías, charla y charla por la televisión monárquica...” Totalmente de acuerdo: arrodillada, “bajándose los pantalones”, incluso, para decirlo en castellano de Castilla...

    “Tribal”. Por esta palabra entiendo lo que dije arriba: repliegue, xenofobia, arrogancia étnica, insolidaridad, odio, etc., que ahora se vuelven recíprocos y violentos.
    Y es eso lo que me da miedo: “el nacionalismo es la guerra” decía el presidente Mitterrand.

    ¿Era ése el sueño de Bolívar?

    Muy caluroso recuerdo, no de París, sino de un pueblo de “Occitania”, región del sur, en la que nací y me crié, en un medio cultural donde perduraba la diglosia francés/occitano, que son mis dos lenguas maternas.

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