¿Quiénes somos?

Quienes hacemos La Plaga, somos tres educadores costarricenses que también hemos tenido alguna formación artística. Los tres somos defensores del idioma materno, aunque desde distintas posiciones. Uno es terriblemente dogmático, otro pragmático y el tercero, Roncahuita, que es el que firma, prefiere ocuparse de Cinearte, aunque hace sus contribuciones a La Plaga.


Tenemos a su disposición tres diccionarios (pulse sobre los enlaces para ir a ellos) :



Cuando hablen o escriban por favor...

" A SHAKESPEARE LO QUE ES DE SHAKESPEARE Y A CERVANTES LO DE CERVANTES."



sábado, 28 de mayo de 2011

La poesía es dolor

Publicamos esta entrevista realizada al poeta Roberto Sosa en el 2004, quien lamentablemente falleció hace unos pocos días. Agradecemos al amigo lector que nos la envió.




"Parece que hoy estamos(en Honduras) bajo la línea de la pobreza y hemos accedido a la miseria y algunas veces a algo que se podría denominar submiseria. "


ROBERTO SOSA

(1930, Yoro, Departamento de Yoro, Honduras), tiene una distinguida trayectoria poética. Entre sus poemarios más destacados se incluyen Un mundo para todos dividido (1971), Los pobres (1969), Secreto militar (1984) y El llanto de las cosas (1984). En 1995, la Editorial Universitaria Centroamericana (EDUCA), publicó la antología personal de sus poemas predilectos. Sosa residió en Tegucigalpa en los últimos tiempos, donde tuvo una participación muy activa en la vida literaria y cultural de Honduras. 





En su garaje ha quedado estacionada toda una época. Un retrato del Che Guevara y un Pontiac naranja del 69 facilitan un inevitable viaje al pasado, a esos años cuando su fuerza era la rebeldía y su obsesión el antimilitarismo. 

En su estrecha sala, subiendo a su estudio, en medio de su impresionante biblioteca, en todos los rincones de su casa hay breves tributos que recuerdan a aquellos carismáticos barbudos de hace cuatro décadas.

El mismo es todo un homenaje a ese pedazo trágico de la historia latinoamericana. Una boina a cuadros siempre ha tapado parte de su cabeza y nadie recuerda haberle visto alguna vez sin su barba.

En su privilegiada producción literaria los versos siempre brotaron con sobrada energía, muchos de ellos al mismo ritmo que las atrocidades en las abusivas dictaduras engendradas a la sombra del capitalismo. Se inspiró en la pobreza, en la injusticia y en las desigualdades de un mundo al que se atrevió a mostrar dividido.

A sus 70 años, el poeta Roberto Sosa sigue hablando con vehemencia del dolor de hacer poesía, de su inocultable orgullo por sobrevivir sin lastimar sus “reglas de vida” y de mantener a salvo lo más valioso de un escritor: su conciencia.

Sentados allí, entre su viejo Pontiac y el retrato del Che, empezamos a conversar con él.


—¿De qué vive un poeta en Honduras?

—En mi caso me dedico a actividades sociales y eso es un complemento importante en mi vida literaria, por cuanto se hacen contactos precisamente para sobrevivir. Dicto charlas, doy recitales y de esa manera voy tirando, como dicen los españoles.


—¿Ha cambiado la pobreza?

—No, al contrario. Parece que hoy estamos bajo la línea de la pobreza y hemos accedido a la miseria y algunas veces a algo que se podría denominar submiseria. Hay una degradación social en Honduras bastante ostensible, que no se puede ocultar, y nos abate de una manera verdaderamente furiosa.


—Sus obras más conocidas sin duda han sido aquellas cargadas de denuncia, de crítica, de rebeldía. ¿Cómo se recuerda en sus primeros veinte años de producción literaria, es decir, a partir de la publicación de Caligrama hasta la aparición de Los Pobres y de Un mundo para todos dividido?

—Con Caligrama la dimensión de mi poesía fue tomando forma, abarcó otros límites cuando publiqué Los Pobres, en 1968. Para 1971 publiqué Un mundo para todos dividido y desde entonces he seguido un tanto la línea que empecé en aquel tiempo que es el denunciar sin banderizar. No he pertenecido a ningún partido político, ni nacional ni internacional, y lo he hecho por una conciencia de clase y, también hay que decirlo, por una conciencia de artista, porque tenía y tengo una responsabilidad con mi país, mi sociedad y mi tiempo.


—¿Se considera un revolucionario? ¿Piensa que la literatura ha sido una arma predilecta en las revoluciones, particularmente en las centroamericanas?

—No, la literatura no hace revoluciones y si las hace es precisamente en el campo literario, pero es un coadyuvante de repente hasta remoto dentro de una reestructuración social. Es un reflejo estético de una situación, por cuanto capta los momentos críticos de una sociedad. La corruptela, por ejemplo, la deslealtad, la traición, la sinvergüenzada, la injusticia.


—Hay críticos que han señalado que su obra prácticamente partió en dos la historia de la poesía hondureña, en un antes de Sosa y en un después de Sosa. Que sus versos llegaron a confirmar un aclimatamiento definitivo del vanguardismo. ¿Quiere explicármelo?

—No puedo explicarlo, son opiniones de críticos y profesores de literatura que comparten la responsabilidad de esos juicios de valor.


—¿El Roberto Sosa de hoy, al margen de los cambios físicos por supuesto, es el mismo que tomó la bandera de crítica, de una crítica feroz y directa contra las dictaduras y el militarismo? ¿Ha cambiado su visión, su pensamiento?

—Yo sigo sosteniendo los principios que enarbolé en aquella época. No puedo arrepentirme. Creo que lo estoy haciendo y lo seguiré haciendo a mi modo, no puedo cambiar por cuanto un cambio ético-estético significaría una renuncia a valores que he sostenido a través del tiempo.


—¿Qué piensa de la corrupción? ¿Cree que es el más grave problema que tiene Honduras, o cree que tiene peores?

—La corrupción ha llegado a tener proporciones profesionales. He oído decir incluso que una persona bien vestida, de la “high life”, se inscribe con la profesión de “corrupta” en los hoteles.


—Cuando está creando, ¿a qué público le escribe? ¿Cuál piensa que es su gran público?

—Cuando estoy escribiendo no pienso absolutamente en ningún destinatario. Escribo concentrado en mí mismo y no puedo tampoco pensar en el destino que tiene lo que escribo, por cuanto sería un obstáculo grave en el proceso creativo. Pero sí, mi ambición es escribir para una gran cantidad de lectores. Si la expresión cabe idealizada, es para el pueblo, aunque el pueblo es una abstracción en este país. El pueblo, ese montón de gente que si se traduce la palabra pueblo en Honduras es una realidad espantosa, pero se maneja como concepto abstracto en boca de los demagogos, por ejemplo.
LA CREACIÓN
—¿Doloroso? ¿Por qué?

—Es que la poesía es dolor, la poesía no es una cosa fácil. Es una estructuración compleja, hay que sudar mucho. El 95 por ciento es sudor.


—¿En Honduras hay más poetas, más narradores o más cuentistas?

—Es un país prácticamente poético. Los grandes nombres del país son poetas.


—Con toda su experiencia, ¿qué consejo daría a los jóvenes que pretenden hacer poesía en serio?

—Quién soy yo para dar consejos... pero puedo decir que hay que leer abundantemente, trabajar mucho y no dejarse seducir por el duendecillo de la publicidad. En realidad cada escritor es un caso y cada escritor tiene su propia estructura, su propia cosmovisión, y de ninguna manera uno va a señalar caminos a los otros. Pero en principio hay que ser honestos, con uno mismo y con los demás.


—¿Cuáles son los amores de Roberto Sosa?

—Entre otros la poesía, mi familia, mi país.


Por María Antonia Martínez de Fuentes, crítica literaria.

Tomado de La Prensa literaria, de Nicaragua.

domingo, 15 de mayo de 2011

¿Montaje o edición?

Eisenstein en la labor del montaje cinematográfico.

Montaje:
Según  la RAE: En el cine, ordenación del material ya filmado para constituir la versión definitiva de una película.

Dicen los expertos que el cine es montaje, y nosotros creemos que tienen la razón.
En los inicios del cine, algunos eran escépticos en ese sentido y no estaban seguros de que el público fuera a comprender la progresión narrativa de la historia. Sin embargo, funcionó. No sólo todo resultaba comprensible sino que además se añadía un fuerte componente dramático, pues se podía manipular al espectador para que experimentase diferentes sensaciones dependiendo de cómo se realizara el montaje.
Eisenstein concebía el montaje como un conflicto entre dos imágenes y así es como lo trataba en sus películas que, dicho sea de paso, tenían un fuerte contenido ideológico. Sus obras Acorazado Potemkin y Octubre son dos de las películas más importantes del cine ruso; ambas fueron dirigidas por Eisenstein y en ambas el montaje al estilo ruso queda patente.
En realidad, Eisenstein fue el principal pionero del uso del montaje en el cine. Para Eisenstein, el montaje no era un simple método utilizado para enlazar escenas, sino un medio capaz de manipular las emociones de su audiencia. Luego de una larga investigación en el tema, Eisenstéin desarrolló su propia teoría del «montaje». Sus publicaciones al respecto serían luego de gran influencia para varios directores de Hollywood como Griffith.
D.W. Griffith en E.U. estableció todas las reglas del montaje clásico que dieron como resultado el concepto de montaje transparente.  Buscaba que el público no se diera cuenta de que la película está montada, dando una sensación de continuidad cercana a la realidad. Es el paso más importante a la hora de "engañar" al público haciéndole creer que los acontecimientos ocurren de manera continua.
Para poner en práctica el montaje transparente es importante situar los puntos de corte entre planos en movimientos de los personajes, miradas y cualquier tipo de elemento que permita empalmar el siguiente plano de forma que la acción parezca continua.
Hoy día el montaje es, dicen algunos cineastas, el 50% de la película.

La palabra correcta en español cuando se habla de cine es “Montaje”. Lo de “edición” se reserva para los textos, para los libros.
El uso de "edición" en el cine viene de un error en el empleo de la voz inglesa "edition". Según un experto en lengua inglesa consultado debería decirse en tal caso "assembly", que en ese idioma significa algo así como "unir de manera organizada y planificada las partes de algo".

Fuentes:
http://eltamiz.com/
http://buscon.rae.es/
http://es.wikipedia.org/wiki/David_Wark_Griffith
http://hacedoresdecine.blogspot.com/2011/04/sergei-eisenstein-1898-1948-rusia.html

jueves, 5 de mayo de 2011

"Space opera" o "Fantasía científica".




Algunos la consideran como un buen ejemplo
del subgénero.





En los años cuarenta el escritor estadounidense Wilson Tucker usó por primera vez la expresión "Space opera" para referirse a historias que pretendían incluirse en el género de la ciencia ficción pero que exhibían ciertos lugares comunes, ciertos clichés, inexactitudes y fantasías que-por supuesto- no tenían ningún fundamento en el conocimiento científico riguroso o  en la lógica científica vigente.
(Por lo general se trataba de historias que trasladaban las aventuras estilo "western" al ámbito espacial, sustituyendo por ejemplo, el caballo por la nave y el "colt" por la pistola láser)

A diferencia de los llamados "space opera", la literatura de ciencia ficción, así como el cine del mismo género se caracteriza por estar fundamentado en el conocimiento científico real, pero extendiéndolo más allá de las posibilidades tecnológicas disponibles en un momento dado. En "Un mundo feliz", los seres humanos son prediseñados genéticamente, cosa que se basa en el conocimiento que en el momento se disponía de las posibilidades futuras de la ingeniería genética y que en la actualidad cada vez resulta menos ficción.

David G. Hartwell y Kathryn Cramer en su antología de "space operas" The Space Opera Renaissance (2006), dicen que no hay consenso sobre lo que es la "space opera", qué autores son un mejor ejemplo de ella o incluso qué trabajos quedarían englobados en tal categoría. Más aún, los autores resaltan que la "space opera" ha tenido diferentes definiciones a lo largo de su historia, que se han visto afectadas por la "moda" literaria del momento. Lo que ahora se conoce como "space opera" es lo que solía ser llamado fantasía científica, mientras que aquello a lo que originalmente se conocía con ese término ha dejado de existir.

Algunos le han traducido como "opereta espacial", pero lo que pensamos es que el término "opereta" en español ha sido reservado en una de sus acepciones para cosas "falsas, afectadas y ridículas", que coincide más con el "space opera" original, no con el moderno.
El subgénero moderno conserva las inexactitudes  y la ausencia de rigurosidad científica y agrega, gracias a los medios de la tecnología contemporánea, excesos en recursos visuales y apabullante espectacularidad, por lo general sacrificando la profundidad ideológica y la trama misma.

Así que a nosotros, en La Plaga, ateniéndonos a los criterios y datos anotados ( y otros que en procura de brevedad no incluimos) nos parece que la traducción más cercana, más exacta al español de "space opera" debería ser hoy día "fantasía científica" (fantasía  acerca de la ciencia) que la diferencia radicalmente del género de ciencia ficción por las razones anotadas antes.

miércoles, 4 de mayo de 2011

Si hablamos español, es "banda sonora" (¿Por qué "soundtrack"?)



Una banda sonora puede ser música grabada de acompañamiento y sincronizada a las imágenes de una película, un programa de televisión o un  juego de vídeo. También, el término se puede referir a la música lanzada como álbum, realizada como acompañamiento de una película, programa o juego, y como el área física de una película con sonido sincronizado. Las bandas sonoras también pueden cumplir la función de expresar, a través de música vocal o instrumental, lo que las imágenes no pueden por sí solas.
La inclusión de las bandas sonoras al cine fue una tarea que tomó tiempo. Los primeros pasos de lograrlo fue tratar de hacer funcionar conjuntamente un proyector y un fonógrafo. Cuando el cine era mudo, en muchas ocasiones había acompañamiento musical. En ocasiones, era una gran oportunidad de ver imágenes y deleitarse con piezas musicales de grandes artistas. Sin embargo, la mayoría de las veces, la música no coincidía con la acción del film y, en realidad, las bandas musicales sólo estaban para simular los ruidos de las bobinas de las cintas.
Las primeras bandas sonoras aceptadas son la composición de Camille Saint-Saëns para la película “El Asesinado del Duque de Guisa” en 1908, y la partitura de Mihail Ippolitov-Ivanov para la película “Stenka Razin”. Importante es la creación del cronógrafo, que logró sincronizar mejor el fonógrafo con las imágenes proyectadas. Tiempo después, las compañías estadounidenses General Electric y Western Electric realizaron investigaciones que les permitieron crear sistemas para logar incluir el sonido en la misma película. Entre las primeras películas con sonido se encuentran El Cantante de Jazz (1927) y Lights Of New York (1928).

La banda sonora de una película en su sentido físico puede ser de dos tipos: magnética u óptica. En el primer caso, una o varias bandas de grabación magnética discurren por los bordes de la tira de película. Al ser leídas estas líneas por un aparato en sincronía con la proyección, se generan los sonidos de manera similar a como lo haría un lector de casetes. En el caso de las bandas sonoras ópticas, se trata de zonas de oscuridad y luz en uno o dos lados de la cinta de la película. Las distintas intensidades de luz, se convierten luego en impulsos eléctricos creando el conjunto de la banda sonora.
También se utilizan hoy, sistemas de sonido digital, basados en puntos sobre la película que se convierten por diversos métodos, en sonido.

En español se llama "banda sonora" o "banda de sonido". No se llama "soundtrack".

Fuentes:
http://www.palabrasydefiniciones.com/cine.htm
http://es.wikipedia.org/wiki/Banda_sonora
http://www.misrespuestas.com/que-es-una-banda-sonora.html